Estamos en plena temporada de setas, y aunque año a año, escuchamos una serie de consejos para evitar sustos desagradables con su consumo, y hacerlo de forma segura, no está de más recordar una serie de RECOMENDACIONES:
Ser prudente. No recoger, ni mucho menos consumir, setas que no hayamos identificado con certeza.
Es imprescindible identificar una por una cada seta que se recoge. Las setas comestibles, nocivas y tóxicas comparten, en muchas ocasiones, aspecto, hábitat y época de fructificación.
Recolectar solamente ejemplares desarrollados, ya que las formas juveniles son difíciles de identificar y pueden producirse confusiones con las de setas muy tóxicas.
No recoger los ejemplares que crezcan en las zonas próximas a industrias, carreteras, ciudades o en suelos tratados con abonos químicos. Las setas poseen una gran capacidad de acumulación de los contaminantes ambientales que pueden ser tóxicos.
No recolectar ejemplares rotos, mordisqueados por animales, parasitados ni envejecidos. Su identificación puede resultar difícil, además de presentar sus características nutricionales disminuidas o incluso resultar tóxicas (por ej.: en los champiñones envejecidos es necesario quitar las láminas para eliminar las esporas).
No ingerir grandes cantidades, puesto que las setas son indigestas por su alto contenido en fibra.
No consumir setas que ya nos hayan provocado en alguna ocasión algún trastorno de salud. Existen alergias a setas, especialmente a la Lepista nebularis.
Tener en cuenta las prescripciones individuales de elaboración y consumo de determinadas especies. Por ejemplo: Coprinus atramentarius (seda entintada, bolet de femer, pixacá negre) no puede ser consumido junto con una bebida alcohólica porque provoca una serie de síntomas cardiovasculares, entre los que se encuentra una intensa dilatación de los vasos sanguíneos, con enrojecimiento de la cabeza y el cuello. Las Morchellas (colmenillas) y Helvelas (forma de mitra, orella de gat, mitra marro) no deben consumirse en crudo, por presentar principios hemolíticos que se destruyen por el calor (termolábiles)